sábado, 8 de diciembre de 2012

Nuestro primer beso.

Teníamos nuestras caras a tan poca distancia que pensé que con un leve movimiento podíamos rozar nuestras narices. Pero lo mas impresionante eran los ojos.
Mis ojos, los suyos.
Mis ojos en los de ella. Sus ojos tenían mi cara dentro.
"Puedo decirte una cosa", me dijo.
"Claro, dime lo que sea", dije yo.
Y entonces nos besamos.
Me rozó los labios. Y lo primero que sentí fue un impresionante cosquilleo en la tripa.
Sentí que no quería que ese momento acabase nunca.


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